Caldo de conejo (hasta la negrura, siempre)
¿Quiere un caldo chido? consiga huesos avícolas, piscícolas, porcícolas, vaquícolas o del -colas de su preferencia y hiérvalos con verdura varia. ¿Quiere un caldo aún más chido? consiga huesos y llévelos a la negrura antes de meterlos al jacuzzi. Con este sencillo protocolo, lotro día transformé una messengereada con uno de mis ñom pals más favoritos – Carlos, Monsieur Banneton para los cuates– en caldo de conejo. Aquí la historia.
