Milanesas de lenteja en el Uruguay vegetariano
Un día fui a Montevideo, #Montevidetti para los cuates, y me alojé con un amable anfitrión amigo-de-amigo. (¡Hola, Ursu! ¡Hola, Gavilán!). Mientras nos internetpresentábamos para afinar fechas y detalles de la estancia, yo le contaba de mi sana costumbre de agasajar a mis anfitriones con manjares. Él confesóse vegetariano.
No te preocupes, puedo cocinar manjares vegetarianos en el hogar, y si tengo antojo de carne lo atiendo en el mundo exterior.
Cuando recién nos presentamos en el outernet, don Anfitrión confesó que se encontraba en plena encerrona grabadisco, y que por lo tanto su alimentación vegetariana se reducía a dulce de leche y pan de caja.
Not on my watch.
Entre paseos por la izquierda del roble y el café Brasileiro, que se me lleve al mercado, al estanquillo, al chino: como sea que uno le diga acá al lugar donde compra uno sus verduras. Y que, por lo menos mientras está on my watch, el proceso de gestación musical esté debidamente vitaminada, enfibrada y fitonutrienteada.
Ya entrados en confianza, y ya aceptada la mecánica de "me apropio de tu cocina"...
¿Y vos sabés hacer milanesas de lenteja?
Pues no, no sabía. Pero partiendo del Principio Universal de la Milanesa, en el cual se determina que el Eje Rector de su Sabrosura es el Pan Dorado, y que la Carne es un Mero Vehículo para transportar la Doradez hacia la Lengua del Comensal, es fácil llegar a la conclusión de que el Vehículo Transportador es fácilmente intercambiable por una base lentejuda.
Un par de búsquedas de recetas, una combinación de técnicas, y voilá: milanesas de lenteja, la adición montevidense a mi repertorio.
Milanesas de lenteja a la #Montevidetti
Para cuatro hambrientos muy hambrientos
Ingredientes
- Una taza de lentejas cocidas
- Una taza de arroz cocido
- Media cebolla picada y caramelizada
- Cuatro dientes de ajo picados y sofritos
- Un chile verde desvenado, picado y sofrito
- Yerbitas! Cilantro o perejil. Un puñito de hojas picadas.
- Una taza de pan molido
- Un huevo, pa’que amarre / una cucharada de fécula de maíz si lo quieres vegano
- Aceite vegetal (canola, girasol)
- Sal
- Pimienta
Utensilios y equipo
Un procesador de alimentos (o un tenedor, o un aplastapapas, y brazo fuerte)
Un sartén
Un cuenco para guardar la mezcla
Un plato para el pan molido
Una taza para medir las lentejas y el arroz
Una bandeja para el horno
Una estufa
Un refrigerador
Un horno
Procedimiento
1. Las lentejas: van cocidas en abundante agua, sal y las yerbas de olor que tengas a la mano. Prepara una olla grande, ya que estás en eso; si no te las vas a terminar en tres días, congela una parte y estás listo para la guerra.
2. El arroz: prepáralo al vapor nomás.
3. La cebolla y el ajo: si tienes tiempo, pásalos por aceite a fuego muy lento (10-20 min las cebollas, meneando cada 5, 2 min los ajos, meneando sin despegarse de la estufa) Los tiempos son apenas indicadores. El chiste es que huelan de-li-cio-so. Deja que tu nariz te guíe.
4. Combina las lentejas, el arroz, la cebolla, el ajo, el cilantro y el huevo en un procesador. Añade sal y pimienta hasta que la mezcla sepa muy deliciosa. Procesa en pulsos para obtener una pasta firme.
5. Mete la pasta al refigerador por 30 minutos (o al congelador por 10) para que amacize y sea más fácil de manipular.
5a. Mientras tanto, lava el procesador
5b. Sazona el pan molido con pimienta, sal, ajo.
6. Saca la pasta del refrigerador y, con las manos húmedas, toma pequeñas bolitas y aplánalas para formar milanesas gordas. Pásalas por el pan molido y acomódalas en platos o bandejas para meterlos otros 30 minutos en el refrigerador para mayor amacizamiento.
7. Mientras las milanesas están en el refrigerador , lava los platos. Pon a calentar el horno, si las vas a hornear.
8. Saca las milanesas del refrigerador y disponte a pasarlas por el calor.
8a. Si vas a usar tu horno: rocíales un poco de aceite (si tienes un aspersor, mejor!), acomoda las milanesas en una bandeja y hornéalas hasta que el pan esté dorado.
8b. Si prefieres el sartén: calienta aceite en un sartén (suficiente para cubrir bien la superficie del sartén, no seas díscolo) y dora las milanesas por ambos lados. Voltéalas con cuidado. Si se rompen, no importa. De todas maneras saben delicioso.
9. Sírvelas aún calientes, con una ensalada tronadora y ácida (cilantro y jitomate en vinagreta de limón y oliva, por ejemplo) para que contraste con el sabor pesado, carnudo y pimientudo de las lentejas.
10. Brinda con tu anfitrión. Nom.